Los políticos no hacen más que ladrar en un idioma inentendible para el pueblo, las promesas se acumulan bajo un pisapapeles con forma de esperanza, la crisis continúa y se agrava en una cifra de 4.978.300 de parados según la EPA.
Tras la victoria del PP, y el nombramiento de Mariano Rajoy como nuevo presidente de España, el gobierno tiene nuevos protagonistas y tendencias ideológicas, de los cuales, se espera que saquen al país de su mala situación. Además, también se confía en que no se repita la mala experiencia con el anterior partido y su presidente, el PSOE, que para muchos, supuso una gran decepción a su falta de ideas y a su lenta forma de actuar para seguir adelante en vez de retroceder, como ha sido lo ocurrido. Además, hay que añadir a ese sentimiento del pueblo que el abandono del cargo de presidente, no hizo más que dar a percibir que Jose Luis Rodríguez Zapatero no tenía ni idea de como afrontar la crisis.
Por otro lado, la repetición histórica de un estado de crisis en un gobierno con tendencias de izquierdas, y una posterior recuperación con un grupo político de derechas, no es la primera vez que se ve, pues ocurrió durante el gobierno de Felipe González y un consecutivo restablecimiento de las arcas en el gobierno de Aznar.
Por eso, la actual situación es, en muchos casos, una manera de castigar al PSOE, además de la interpretación de una futura situación debido a los antecedentes históricos.
Aun así, y con el motivo dejado de lado, las cartas están echadas sobre la mesa y ya no hay marcha atrás. Así pues, el nuevo gobierno ha empezado a ejercer su función, el cual se enfrenta a una situación vaticinada del agravamiento de la crisis y el aumento del número de parados.
Debido a estas premisas, muchos españoles cruzan los dedos con la esperanza de que haya sido la elección correcta y que hayan dejado la dirección del país en las manos adecuadas.
Ohhhh que bueno si señor, Lydia +10
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